No pasaron nada de hambre porque mataban cuatro o cinco cerdos y no les faltaba de nada en casa. Estuvieron ocho días de racionamiento de pan, era un pan negro. Lo que más escaseaba era el aceite y el azúcar. En vez de el aceite utilizaban manteca de cerdo. Los contrabandistas pasaban por Beortegi y alguna vez les pillaron con puntillas.