Fueron tres o cuatro jóvenes a la guerra. A los alguaciles de Caparroso los enterraron en un pinar del pueblo. Vinieron a fusilar a dos vecinos pero gracias al alcalde y al cura no se los llevaron. Un primo del padre de Josetxo murió en el frente y lo trajeron desde Burgos a enterrar. Era hijo único y fue voluntario.