El Domingo de Ramos se bendecía una hoja de olivo y se ponía en una ventana de casa. El cura bendecía los campos una vez al año. Hacían una romería a San Antonio de Aguinaga. Se reunía mucha gente de todos los lados, luego se quedaban allí a comer y solía haber música. En la procesión del Corpus echaban juncos al camino. Cuando no llovía hacían rogativas.