Al año mataban seis o siete cerdos. Mataban a la mañana muy temprano, hacían un fuego grande en la cocina y calentaban el agua para, después de kixkorrar el pelo, limpiar la piel con agua y una teja. Venían vecinos a ayudar a agarrar al cerdo. Luego se iban sacando y separando todas las partes. Luego ponían el cerdo colgando para que se secara.