Era un concejo y se turnaban de familia en familia para ocupar el puesto del alcalde. Cuando había algo que arreglar el alcalde llamaba a los vecinos al auzolan e iba uno de cada casa. Arreglaban caminos, limpiaban las fuentes, mantenían la iglesia… Había una finca que trabajaban para los gastos del pueblo. También había unas fincas comunales que se repartían entre los vecinos.