Mataban cuatro o cinco cerdos al año. El día de la matanza era un día grande. Se juntaban dos familias. Por la mañana comían tostadas con ajo y una copa de anís o de patxarra. Los hombres eran los encargados de matar al cerdo y una vez muerto hacían un almuerzo. El cerdo se mataba antes de amanecer. Una mujer se encargaba de recoger la sangre. Quemaban el pelo con ollagas. A la noche hacían una cena y comían el estomago y el pilcho que era el apéndice.