El cerdo se mataba muy temprano, el padre era el encargado de matar. Solían agarrarle con el gancho y mientras todos los demás le agarraban el padre le metía el cuchillo. Una vez desangrado le quemaban el pelo con ollagas y limpiaban la piel con agua. Hacían longanizas, chorizos, birika… Ese día almorzaban las pequeñas magras del cerdo. Cenaban morcilla.