La mayoría de los colchones eran de lana pero había uno que era de kozkorros de maíz. De vez en cuando se soltaba la lana y había que limpiar y varear. Los somieres eran de muelles de hierro. Las sabanas, mantas y colchas eran gordas porque no había calefacción y los tejados eran de tejavana. Las camas se calentaban con botellas de agua caliente o sino dormían tres hermanos en una misma cama para darse calor.