Comían lo que tenían en casa, aunque siempre tenían que ir a la tienda. Los corderos se dejaban para el verano y solían vender algunas ovejas. Solían repartir los corderos entre las familias para conservar. Solían ir a las tiendas de Urroz andando o en caballería. La madre solía ir a Pamplona a vender corderos.